Hoy hubieras cumplido 49 años, mi querido Raúl, no te olvido.
Para tí que tanto amabas el mar...
Escúchame mar:
ahora me voy.
Me voy pero no te dejo
porque es imposible dejar el corazón
y llevarse tan solo el cuerpo...
Me voy hacia tierra adentro
pero llevo pegado a los costados
todo tu mundo abierto de promesas
que has dejado colgadas
de mi alma mensajera.
Y llevo tus olas y la furia
de tus vientos contrapuestos,
y la sangre de tus gentes laborantes
y de las gentes que se pierden
en tu frontera maldita.
Y llevo tu magia y tus misterios,
tus colores y el ronroneo incesante
de la música de tu cuerpo
cuando choca con el aire
o cuando besa las arenas soñadoras
de las playas recelosas.
Y llevo, sobre todo y más que nada,
llevo todas tus promesas
y todos tus silencios...
Te llevo, mi mar,
hacia donde la tierra
huele y sabe a materia prometida,
donde el viento choca con las rocas
y el agua no tiene salitre
ni peces, ni algas, ni cangrejos...
LUIS E. PRIETO
1 comentario:
Un precioso texto, me aecho emocionarme
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